Por aquí en alguna parte he escrito que el día que Dani nos mirara a los ojos y nos dijera ¡Nein! a su padre le iba a partir el corazón.
Bueno, aquí está. El día llegó. No es exactamente ¡Nein! es más bien ¡Nanana! pronunciado con mucha convicción, el dedo extendido, cara de cabreo y actitud dictatoriesca. ¿La reacción del padre? Negación. "Yo creo que es más un ne que un na". No, no lo es. Ni ne (checo) ni no (español), Es un "na" clarísimo. ¿Quién nos iba a decir que un monosílabo pusiera tan claro el orden lingüístico en esta familia?
Hay que aceptarlo. Tenemos un niño alemán. Y tenía que ser justo en este momento de hostilidad entre nuestros países. No es que nos traigamos tensiones diplomáticas a casa, pero tengo que reconocer que siempre me ha molestado cuando los periódicos españoles hablan de "Europa del Este" y empiezan a liarla. "Inmigrantes sin papeles de República Checa y Bielorrusia..." "la situación económica de países como República Checa y Ucrania", y ahora me empieza a molestar cuando la gente insulta a la Merkel. Que sí, que será lo que quieran, ¿pero ustedes la han votado? No, ustedes han votado a otro señor, y a los votantes de esta señora de momento no parece irles muy mal. No se me cabreen por el análisis político amateur, en el fondo sólo defiendo el país de mi hijo.
Y hablando de defender, yo lo que defiendo con muchísimas ganas y muchísimo egoísmo es un parlamento europeo que vele por el bien común y controle a estos señores y señoras que se supone que tienen que sacarnos de ese sitio oscuro donde nos han metido. Porque si por una vez tienen razón los periódicos y ¡¡¡Europa se rompe!!! esta familia mía va a estar j...ida pero de verdad.
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