viernes, 12 de diciembre de 2014

10 cosas que he desaprendido aprendiendo idiomas

1- Que es lo mismo aprender inglés o italiano que aprender húngaro, checo o mandarín.
Sin entrar siquiera en los tres géneros, siete declinaciones y demás putadas lingüísticas de los idiomas eslavos, baste mencionar que en checo "Strč prst skrz krk" es una frase.
Debería ser obvio, pero aún así, el sufrido estudiante de checo tiene que aguantar mil veces el injusto "pues yo en tres meses hablaba catalán" de los amigos y colegas. Lo mismo cabe decir de los cursos intensivos de tres o cuatro semanas. Un curso de tres semanas en checo te cualifica para pedir una salchicha a la brasa en Staroměstská, nada más. Es duro, pero mejor saberlo antes de desembolsar unos cientos de euros.

2- Que basta con escuchar la tele y practicar en la panadería para aprender un idioma.
Sí, para aprender portugués a lo mejor sí. Pero puedo decir por experiencia propia que sentarse en una reunión de tres horas en alemán sin saber alemán no contribuye en nada a mejorar el vocabulario de uno. Sólo contribuye a mejorar la capacidad para imaginarte películas de nazis en las que tus colegas son los protagonistas

3- Que tienes que dominar con fluidez el idioma de tu pareja. Además de hablar entre vosotros en el idioma nativo de la persona que tiene una opinión sobre qué idioma debes hablar en tu casa.
Aparte de que me parece muy sano que cada uno hable lo que le de la gana, el inglés es para muchas parejas Erasmus esa zona neutral en la que nadie queda por encima del otro. Y esto a veces es muy importante. Tener que pensar con un poco de cuidado qué burradas se dicen durante una pelea es algo que puede salvar matrimonios.

4- Que todo el mundo aprecia oír las tres frases que sabes decir en ese idioma extranjero.
"Estuve seis meses en Palma de Mallorca" " Una cerveza, por favor" "¿Dónde está la zapatería?" La primera vez que oigo esto me da la risa, la segunda, sonrío educadamente, la tercera, finjo sordera y me pongo a mirar a otro lado, y si hay aún más, rezo una oración por el alma de Cervantes. Hay un checo en particular que insiste en decir estas cosas cada vez que me ve, como ejemplo de lo fácil que es aprender un idioma y cómo puedo ser tan torpe con el checo. A veces fantaseo con que se queda atrapado un mes en Conejeras del Páramo y tiene que negociar comida y agua.

5- Que los cuentos son el material más fácil para practicar la lectura.
"Pues eso es hurtar. Y como todo lo que es hurto hay que restituirlo, y no vas a saber ni cuánto ni a quién se lo has de devolver, te vas a hacer otro celemín que le falte para la medida justa tanto como le sobraba al grande, y con eso vendrás a restituir todo lo que has hurtado." I rest my case

6- Que saber un idioma implica saber enseñar el idioma.
¿Cómo es posible que tu pareja no te enseñe su idoma? Porque nos queremos y no veo motivo alguno para convertir nuestras horas juntos en una clase lamentable, frustrante y soporífera con un profesor venido del infierno con el que después tienes que irte a la cama.

7- Que tu B2 te cualifica para decirle a un alemán como hablar su idioma y hacer atrevidas generalizaciones.
-La tortilla española también se puede decir "tortilla de España", ¿no?
-No
-¿Por qué?
-Porque no
-Pero...
-No
-P...
-¡Chst!

8- Que el hecho de hablar un idioma significa que tienes que utilizarlo siempre
Si hablas alemán, ¿porqué necesitas un dentista que hable inglés? Pues porque cuando me pregunte si quiero que me haga el empaste sin anestesia (cosa que al parecer sucede en este país) y sólo entienda "empaste" y "anestesia" no quiero sonreír y asentir como una idiota. 

9- Que si sabes un idioma significa que puedes pedir un café y discutir de política con la misma destreza. Tú hablas alemán, ¿no? Pues eso.
Has terminado tu B2. Te sabes el imperativo, el genitivo y los pronombres reflexivos. Pero ¿sabes hablar realmente?
-Seguro que puedes pedir comida en un restaurante y dar direcciones por la calle
-Tambien puedes hablar con tu pareja, y con profesores en general
-Probablemente puedes mantener un tête-à-tête con la madre de tu pareja
-Si sigues el argumento de una película más compleja que Avatar te felicito
-Aunque lo practicaste durante el curso, dudo mucho que puedas mantener una entrevista de trabajo
-Y si entiendes a los amigos borrachos de tu pareja cuando discuten de política en un bar, o a la abuela de tu novio cuando habla ese dialecto raro, lo siento mucho pero no me lo creo

10- Que ese inmigrante que lleva 20 años en Alemania y no sabe el idioma no tiene nada que ver contigo
Como Auslander, uno escucha bastante frase xenófoba, que obviamente, no va dirigida a él/ella.
Que los inmigrantes deberían hablar alemán en su casa, que se debería expulsar a quien no hable el español, que los extranjeros nos destrozan el italiano, que no hablar francés es no quererse adaptar...
Normalmente el aprendiz de xenófobo se da cuenta de la presencia del Auslander y entonces añade, conciliador. "Me refiero, claro, a la gente que lleva aquí veinte años y no habla el idioma". ¡Ay, amigo! Si tuviera un euro por cada "expat" americano que llevaba quince años en Praga y no sabía ni pronunciar na schledanou... Cuando te das cuenta de que cualquier "inmigrante" vietnamita, turco o ruso habla el alemán mejor que tú, que las señoras del parque se refieren a tí como si hubieras llegado escondido entre cajas de plátanos y que aunque tengas un PhD los empleados de oficina tienen que hablarte como si fueras retrasado... entonces, amigo, ha llegado el momento de ponerte las pilas. Ese inmigrante que no se quiere integrar eres tú.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Por favor, no llamen a la Jungenamt

Anoche. Martin. de pie frente al cubo de la basura de la cocina.

-¿Qué tenías en la bolsa de plástico de la entrada?
-Maquillaje, gel, las lentillas, el estuche de las gafas, alguna otra cosa ¿por?

Por nada. Martin coge la linterna, se pone los zapatos y sale por la puerta. Sí. Mi media naranja acabada de confundir mi neceser low cost con la bolsa de la basura.

Me pregunto si este tipo de cosas le pasan a todo el mundo. A nosotros nos pasan aún más desde que somos padres pero de la mayor parte mi hijo jamás se va a enterar. Y es que la anécdota simpática y el hecho delictivo a veces están a un paso de distancia y un padre debe mantener, por lo menos hasta que la progenie tenga edad, esa aura de “soy una persona responsable-yo sé lo que me hago-no se me olvidó nunca una revisión tuya en el dentista”.

-Para el contrato de la guarde necesitamos el calendario de vacunaciones…
-Kein problem
-… y el libro con las revisiones médicas
-Ehemmm ¿no lo trajimos el mes pasado?
-Debía ser una copia antigua, faltaba la revisión de los tres años.

No es una copia antigua, no. La cosa fue así: Verano, llega el recordatorio de la Krankenkasse para la revisión de los tres años. Septiembre, todavía hay tiempo, Octubre, todavía hay tiempo, Noviembre, todavía hay tiempo, Navidades en España, Enero, nuevo trabajo, Febrero,  el tema está completamente olvidado, Marzo, ya se nos ha pasado el plazo, Mayo, me doy cuenta, repito tres veces "no puede ser, no puede ser, no puede ser" y llamo a la consulta del médico, pero es demasiado tarde para hacerla, ya no sería la revisión de los tres años.


Yo ya sé que ser unos padres amantísimos y que a la vez te pase esto es incompatible e inexplicable. Más aún con ese sistema de fallback incorporado que consiste en tener dos cabezas por pareja en lugar de una. Pero hay que tener en cuenta que el cerebro que en mi casa debería actuar de backup tiene un fallo que le incapacita para todo lo que es el almacenamiento y procesamiento de tareas mundanas como puede ser, por ejemplo, identificar la bolsa de la basura. Con esta tara sólo nos queda un procesador y es normal que de vez en cuando se sobrecargue. Por ejemplo ayer hice una empanada de atún sin atún, y sólo me di cuenta al día siguiente, cuando ya nos la habíamos comido. Así que cada día que voy a la guardería y el carrito vuelve a casa con el niño dentro merecería una pegatina en forma de estrella. Espero que el día que nos llame la Jungenamt lo tenga en cuenta.