viernes, 19 de junio de 2020

Gente rara

Hoy en día, los raros lo tienen un poco mejor. No hay serie que no tenga su aspérger, su sicópata, o su amigo extravagante. El patio del colegio es un poco menos hostil que antaño, aunque el fútbol siga siendo la actividad favorita de los niños populares, y los raros sigan haciendo... cosas raras.

No quiero dar a entender que las niñas un poquito especiales, como yo, lo pasaban necesariamente mal en el colegio, pero la escuela pública no es el ambiente natural de los excéntricos. Con el tiempo, como el patito feo que busca su familia, como la cabra, que tira al monte, el raro se apunta a teleco. O se va a Suecia. Sí, a Suecia. De Erasmus, normalmente. Porque mira que son raros los suecos. Y los finlandeses no te digo. En realidad, a poco que lo pienses, casi todos los extranjeros son raros. ¿O no tienen sus cosas los franceses?

Una fiesta Erasmus es el lugar perfecto para que un raro pase desapercibido. Porque, ¿está trastornado este chico, o es que es sueco? Imposible de diferenciar.

Pienso estas cosas con el monstruito trilingüe en mente. A lo mejor me equivoco, pero creo que en un futuro va a ser el tipo de persona que se encuentra en su salsa en un bar lleno de telecos. O en una fiesta Erasmus. Después de años de convertirme en una persona medio normal, y juntarme con gente medio normal, el reencuentro con mis compañeros de la universidad sigue siendo como volver a casa. ¿Tú qué haces ahora? ¿Todavía intentas hackear Tinder? ¿Has visto alguna oscura producción moldava últimamente? Vamos a reírnos juntos de los intentos de computación cuántica de Google. (Aquí se ríen uno o dos, pero igualmente, a todos nos gusta escuchar estas cosas). Una fiesta Erasmus es similar en muchos aspectos. Por ejemplo, también se habla de oscuras producciones moldavas, sobre todo si hay moldavos en la fiesta.

Sé que teleco no es el único sitio donde se encuentran raros. Sospecho que la facultad de filosofía es un nido de extravagancia, por no hablar de los que se apuntan a ciencias políticas. Pero yo sólo puedo hablar de los raros que conozco y quiero. Y sus rarezas tienen a veces un punto de genialidad.

Así que si eres madre de un niño raro, no te preocupes. Puede que no acabe siendo un genio de la electrónica, pero siempre podrá juntarse con suecos.