viernes, 9 de septiembre de 2016

Un inglés de mierda

El inglés. Imprescindible. Si no hablas inglés lo tienes jodido para encontrar un trabajo cualificado, conocer un país exótico sin pagar un viaje organizado o impresionar con tu retórica a un incauto Erasmus noruego. Por eso incontables padres en medio mundo hacen todo lo posible para que sus retoños chapurreen cuanto antes one-two-three, cat-dog-lizard. Con la mejor de las intenciones y el peor de los sentidos estéticos se descargan todos los capítulos de Dora la exploradora y se interesan por guarderías y escuelas bilingües.

Nosotros haríamos exactamente lo mismo, of course, si no fuera por el hecho de que después de Pocoyó en español, Pohadka o Masinkach y Maja Biene no queda tiempo de ver Peppa Pig. Digo esto como metáfora, porque en realidad es mi hijo el que gestiona sus contenidos en la tablet y un noventa por ciento de lo que ve son los vídeos de un señor que juega con trenes y abre huevos Kinder. En inglés, por cierto.

Lo que quiero decir es que la última de nuestras preocupaciones era que el pequeño monstruo trilingüe se convirtiera en cuatrilingüe. Y nuestra preocupación más reciente es que va camino de hacerlo. Las lenguas, para él, han dejado de ser "como habla mamá" y "como habla papá" para adquirir su nombre y su sentido como herramientas para presumir frente a extraños.

-Yo hablo español, checo alemán e inglés
-No, cariño, inglés todavía no lo hablas
-Síííí
-A ver, what colour is this?
-Grüüün

Ante eso, ¿qué se puede hacer si no es sonreír? Pero últimamente el pequeñajo va más allá. Mucho más allá. Por ejemplo, en medio de una conversación de adultos, se oye desde el otro extremo de la mesa "Yisuscraist, Martin!", y a lo mejor resulta que eso es justo lo que estaba pensando decir.

También le he oído chapurrear conversaciones con más o menos sentido con otros niños. "Come here! Look at this!! Guachi guachi prrrrt. ¡Jajaja!" Y cada vez lo hace con más soltura y con más acierto. Por un motivo que se me escapa totalmente, chapurrear en inglés le encanta. "mamá, what's that? Que es fuckinghelldude?"

Así que así estamos. Nuestro pequeño monstruo habla un español de mierda, un checo de mierda, un alemán de mierda, y desde hace un par de meses, un inglés de mierda.

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