miércoles, 22 de abril de 2015

De compras

Yo no soy mucho de comprar ropa online, más que nada porque carezco de la vista que tiene alguna gente para saber que ese vestidito retro que a la maniquí le queda estupendo, a ti te va a sacar lorzas dónde no las tienes, a quitarte diez centímetros de altura por un efecto óptico extraño, y que lo retro fácilmente se convierte en un look mercadillo chungo al salir de Internet.

Pero el caso es que tengo una boda a finales de Mayo y la única oferta de maternidad que conozco es la del H&M, que consiste en dos tipos de pantalones y cuatro de camisetas, así que me he puesto a buscar un vestido premamá de bodorrio por Internet. Y si ya era difícil hacerte a la idea de cómo te va a sentar a ti este modelito que lleva puesto una muchacha bastante más alta, delgada, maquillada y peinada que tú, cuando el atuendo premamá lo lleva la misma muchacha con un balón en la barriga, entonces te ofrece la misma información que si se estuviera probando el vestido un señor de Badajoz.

La oferta está en línea con lo que una se imagina cuando se queda embarazada, supongo. Que por delante le va a crecer la barriga y por detrás todo se te va a quedar igual que estaba. Que no te van a salir estrías, porque te das bien de crema del Mercadona (importada) todos los días, y que vas a coger diez kilos justitos. ¡Ja! Insisto, ¡JA, JA!

Me he pasado una hora mirando fotos, y preguntándome qué embarazada se atreve con semejantes tacones y cómo solucionan la imposibilidad física de alcanzar las uñas de los pies para pintárselas. He hecho un ejercicio de visión espacial tratando de imaginarme la geometría del cuerpo si se le quitaran quince centímetros de largura y se le pusieran en las caderas, pero cuando he visto a una señorita con un six-pack y una noventa de pecho modelando un sujetador de maternidad lo he dejado por imposible. Esas, señoras y señores, no son las tetas de una embarazada. Cuando quiero comprar un sujetador de maternidad esta foto:


me ofrece la misma información que esta:


¡Vaya! Que al final he tenido que coger el toro (o el Microsoft Paint) por los cuernos. ¿Qué vestido me pido?






No hay comentarios:

Publicar un comentario