viernes, 15 de mayo de 2015

Boys will be boys

El deporte es algo muy importante para los checos. Haz una prueba. Pregunta a un padre español que tal les va a sus hijos. Posiblemente te responderá algo así como "A la niña se le dan muy bien las matemáticas, y mi niño es el primero de la clase el inglés". Si le preguntas a un padre checo, sin embargo, es muy posible que la respuesta sea algo en esta dirección "A la niña se le da muy bien la natación, y mi hijo está en el equipo de hockey y en el de volleyball".

Las ocasiones festivas en España, Navidades, puentes en verano, perder la virginidad... normalmente implican beber, comer, y volver a beber, en sus diferentes formas, como puede ser la hora del vermut, la comida, la sobremesa, o simplemente ponerse ciego a copas sin darle un nombre concreto. El día 25 de Diciembre, en el pueblo de mi marido se juega al squash y al badminton (y se bebe entre partido y partido), en verano se hacen viajes en canoa (parando en todos los bares), y la gente suele perder la virginidad en una cabaña durante una excursión de esquí (en las que, como es evidente, se bebe como animales).

En fin, que mi media naranja decidió recientemente que es hora de que el pequeño centroeuropeo empiece a familiarizarse con los deportes de equipo. A tal efecto compró un balón, y padre e hijo se fueron al parque a probarlo. Lo que pasó después... ¿cómo puedo explicarlo? Supongo que los genes maternos han decidido de pronto que ellos tienen algo que decir.

Dani nada más llegar al parque, se ha puesto a jugar con los coches
-¡Venga, dale una patada, pásale el balón a papá!
-Mira papá, esto es un taller, y este auto está kaputt.
Papá dándole unas pataditas al balón - Luego jugamos con los coches ¡Vamos! ¡Mira! Mira cómo le paso el balón a mamá
Un enano de un año se acerca y hábilmente me roba la pelota
-Mira, Dani, pasa el balón a tu amigo.
-Dani golpea el balón sin mucha convicción, pero al segundo pierde el hilo -Papá, ¿qué es eso?
Una vez explicada la función de una casita para pájaros, el partido prosigue. Papá, en un intento de impresionar al vástago, le da un patadón al balón que le hace volar varios metros y aterrizar en un charco. Daniel corre detrás de él y lo recoge con ambas manos.
-Oooohhh papá, se ha ensuciado.
-No te preocupes, cariño - interviene mamá - con la hierba mojada se limpia
El padre comienza a perder la paciencia. Hace otro intento por interesar a su hijo, pasándole de nuevo el balón, y el niño hace un amago de ir hacia la pelota, pero en el último momento Daniel se da la vuelta y se pone a recoger flores "para mamá y para papá".
Papá me mira con esos ojos que quieren decir "de algún modo esto es tu culpa" y aprovecha que cae una finísima lluvia para dar por finalizado el encuentro. Yo le doy una palmadita en la espalda, "bueno, a lo mejor con la niña tienes más suerte"


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