viernes, 13 de septiembre de 2013

Pinkinki

La semana pasada tuvimos la reunión en la guarde con la enana maldita. Esa en la que teníamos que hablar de cuándo y cómo mi hijo se toca sus partes.

Le entregué mis folios cien por cien inventados con la ayuda de mi cónyuge. "Hizo la caquita bien, luego jugamos con los autos y se tocó el pene" ¿Qué escribo que había comido? Pon que paella y jamón serrano, vamos a darle envidia, a la enana. La cuidadora nos dijo que nuestras observaciones coincidían plenamente con las suyas, y nos pusimos de acuerdo en vestirle con dos capas de ropa interior. Por el bien común espero que no estemos contribuyendo a ningún tipo de proyecto de investigación con toda esta tontuna.

En fin, luego pasamos a otros temas y hablamos de cómo estaba progresando en el lenguaje, tema bastante más interesante en caso de proyecto de investigación, por cierto, y ahí la enana comentó que si queríamos, hiciéramos una lista con  las palabras que solía utilizar en español o en checo. ¡Qué cachonda!

Si lo hiciéramos, tendría esta pinta: Krtecek, pronunciado cheke, son los dibujos animados favoritos de mi hijo. Nakladní auto, pronunciado kani es un remolque. Si entendemos a mí hijo cuando habla es gracias a su destreza con la comunicación no verbal, esa insistencia, ese dedo índice extendido, y ese don sobrenatural que les baja del cielo a los padres cuando la criatura cumple el año y que les hace reconocer que “¡ah!” significa "mamá, ponme cremita, tengo el culo irritado".


Espero que no nos consideren malos padres por no escribir la lista. Tendríamos que incluir palabras como "tanke" y "pinkinki", grande y pequeño respectivamente. Mis padres cuando las oyeron dijeron "mira que bien, con este niño vamos a aprender alemán". Y lamento mucho haberme reído de ellos. Ahora que lo pienso, hubiera sido genial ver a mi madre en una tienda en Nuremberg con un jersey en la mano insistiendo a la dependienta “pinkinki, pinkinki”.

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