jueves, 1 de noviembre de 2012

Salir de fiesta

-Un hijo te cambia la vida - Suspiró un compañero de clase al presentarle la progenie.
Y con toda la razón del mundo. Un hijo le cambiaría por completo la vida a mi compañero y a todas esas personas que, de acuerdo con su Facebook, no hacen más que entrar y salir de bares de lunes a domingo.

Es cierto. Salir hasta las cinco de la mañana todos los días es incompatible con un bebé, y también, añadiría yo, con un trabajo.

Por suerte hay otras cosas que son perfectamente compatibles con un bebé, especialmente un bebé pequeño, o de lo contrario mamá no volvería a depilarse las piernas. Se puede salir a cenar, conciertos al aire libre, patinar o hacer excursiones. Incluso los festivales de cine tienen guardería. Y cuando el bebé se vuelve menos transportable, si uno tiene parejas amigas o abuelos, puede incluso organizar partidas de squash y fines de semana románticos. Más aún, tener un niño te ofrece la posibilidad de re descubrir otros placeres que tenias olvidados, como pintar con los dedos y visitar el parque de atracciones. Por otra parte tengo que decir que el simpático entrepreneur que abra un restaurante decente con kid's corner tendrá acceso ilimitado a mi tarjeta de crédito los próximos dieciocho años.

Si, todo eso está muy bien, pero ¿qué pasa con salir por la noche? Pues también, también se puede. Lo que pasa es que salir de noche "con tu pareja" se vuelve terriblemente caro. A ocho o diez euros la hora por una babysitter, el acabar la velada medio pedo en el piso de alguien se vuelve una opción más cuestionable que nunca. Desde el punto de vista financiero, quiero decir. El sábado pasado Martin y yo nos gastamos el equivalente a la ropa de invierno de Daniel para salir hasta una hora más que prudente y descubrir que las copas han subido de precio, los strippers son cada vez más jóvenes y parece ser que aún sin niños, salir hasta las cinco de la mañana ha dejado de ser una opción sostenible para el estomago o el bolsillo. Lo que no sé es si de esto tiene la culpa Daniel o simplemente nos hemos vuelto unos aburridos. O unos alemanes. A ver si arreglan España y podemos volver.

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